EL ALIVIO DE LA CRISIS EN LAS ZONAS DE CONFLICTO
Las áreas protegidas en el medio de las zonas de conflicto enfrentan obstáculos únicos. En 2012, las milicias rebeldes atacaron la Reserva de fauna de Okapis en la RDC, asesinaron al personal del parque y mataron a la cría de la manada de los okapis amenazados del parque. La respuesta inmediata del FRR permitió la ejecución de un plan de emergencia para restablecer la función crítica de la reserva. Hoy, la reserva sigue protegiendo aproximadamente a 3000 okapis.
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La Reserva de fauna de Okapis es una zona extraordinaria de la selva tropical en África central; contiene una alta densidad de especies endémicas amenazadas, incluida la misteriosa 'jirafa de la selva' –el okapi. El okapi es una especie amenazada que solo se encuentra en las selvas de la cuenca del río Congo, pero a lo largo de las últimas décadas la población de la especie ha disminuido como consecuencia de la explotación ilegal y los disturbios humanos.
La reserva está ubicada en el noreste de la República Democrática del Congo, cerca de las fronteras de Sudán y Uganda. Esta ubicación geográfica ha contribuido al alto nivel de biodiversidad del sitio, pero en años recientes la zona ha sido propensa a una inestabilidad política muy grande. Esta volatilidad ha hecho muy vulnerable al parque (y a su fauna en particular) a la explotación a manos de milicias armadas, quienes cazan animales furtivamente para obtener sustento y ganancias.
La reacción del FRR fue pronta y rápida. Permitió la [...] respuesta inmediata poco después de los incidentes. Fue esencial actuar en ese momento porque la reserva [...] carecía de autoridad.
El 24 de junio de 2012, la sede de la reserva del pueblo de Epulu fue víctima de un violento ataque de rebeldes MaiMai armados, quienes mataron brutalmente al menos a siete miembros del personal del parque y a sus familias. Los agresores tomaron algunos rehenes.
Saquearon y destruyeron la sede de la reserva, y mataron a 14 okapis del centro de cría y conservación. Solo sobrevivió una hembra que había recibido tres heridas de bala.
El FRR fue capaz de responder con prontitud; tomó la decisión de conceder los fondos a la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (una ONG que trabajaba en el sitio) y su socio local el Instituto Congoleño para la Conservación de la Naturaleza (ICCN – la autoridad de las zonas protegidas de la RDC) el mismo día en que se presentó la solicitud.
En cuanto los fondos llegaron al terreno se puso en marcha un plan de respuesta de emergencia de tres meses de duración para restablecer las funciones de protección de la Reserva de fauna de Okapis y mantener una fuerte presencia en el sitio.
Se restablecieron rápidamente los puestos en las zonas más seguras y el personal aumentó. Los guardias del ICCN organizaron patrullas conjuntas con aproximadamente 200 soldados del gobierno, que culminaron en la destrucción de los seis principales campamentos rebeldes y la recuperación del armamento pesado, incluidos los morteros y las ametralladoras.
Además de los USD 30 000 de la subvención del FRR, se recaudaron USD 13 210 adicionales mediante un llamamiento conjunto puesto en marcha por el Fondo para apoyar la reconstrucción de la sede del parque y permitir la reanudación de sus operaciones normales.
Gracias a la subvención del FRR se restablecieron rápidamente las patrullas de guardas forestales. Estas patrullas, apoyadas por el ejército, lograron erradicar a las milicias de la parte sur de la reserva. Esta zona había sido ocupada e inaccesible a los administradores del sitio por más de un año antes del ataque. Un cazador furtivo fue detenido y procesado.
En el largo plazo, la pronta respuesta garantizó que las actividades y los objetivos de la administración del sitio no se vieran perjudicados por las milicias. La rápida restauración de las medidas de protección de la especie hizo que el nivel general de disminución de los okapis en la reserva fuera menos marcado que en las otras áreas de su distribución. La población de 3000 okapis que habita esta reserva se considera hoy como la más eficazmente protegida por la comunidad internacional de conservación, hecho que destaca la función de las medidas a corto plazo en tiempos de crisis aguda.